Pues llegamos ya a las fechas en las que se suele realizar la vendimia de los frutales en esta zona. Este año ha sido bueno para la fruta, y como se ve en las fotos, los árboles tienen bastante que vendimiar. Además, la falta de frío y heladas está permitiendo retrasar la recolección y dejar más tiempo la fruta en los árboles, lo que favorece su maduración y su posterior conservarción, es decir, aguantará más tiempos sin estropearse sin necesidad de refrigeración. Una de las formas tradicionales en las que antiguamente se conservaba la fruta en esta zona, era esparcirla por el suelo de las habitaciones (debajo de la cama), en los desvanes o en los pajares.
Los frutales que se pueden encontrara aquí principalmente son, ciruelos, manzanos, perales y algún membrillo. También hay otras variedades, plantadas más recientemente en jardines y huertos, como cerezos o melocotoneros, pero rara vez llegan a dar fruto debido a que su floración es muy temprana y las habituales heladas tardías de primavera de esta zona, suelen echar a perder toda su cosecha. Los ciruelos ya dieron su fruto y se recolectaron a principios de verano. Los frutales de las fotos no son de mi huerto (en él no tengo ninguno), si no que se encuentran en los huertos vecinos y en el jardín de mi casa.
Este peral, y los que se ven por detrás, se encuentran a las orillas del arroyo que lleva el agua hasta el huerto. Aunque son bastante grandes, se han quedado mucho más pequeñas que otros años, en los que tiene menos fruta, pero cada una de ellas se hace enorme. Para ser sincero, es un peral un poco engañoso, ya que produce unos frutos que tienen una pinta estupenda, pero luego son peras durísimas, poco dulces y que casi sólo se pueden comer si se cuecen... una pena.
Este manzano es todo lo contrario. Da unas manzanas reinetas de las mejores que yo he comido nunca. Además se conservan muy bien y aguantan mucho tiempo sin estropearse... la verdad es que no las dejamos estropear porque las solemos comer todas antes.
En esta zona también existe una variedad de manzano "salvaje" que crece por si sólo en el monte llamado manzano "amaello" (así se denomina aquí). Son manzanos salvajes que producen unas manzanas pequeñisimas, muy duras, secas e incluso amargas que se utilizan principalmente para hacer licor con orujo o para meterlas en un tarro con azúcar y esperar que suelten todo su jugo para después colarlo y beberlo. Aunque no sean frutales, también se puede encontar por aquí algún castaño, nogales e incluso avellanos salvajes y muchos endrinos.