Ya llevamos tiempo cogiendo del huerto lechugas, cebolletas, alcachofas, acelgas, cornitos (judías verdes), calabacines y pepinos (algunos desde mediados de mayo, otros desde hace sólo unos días), pero ahora ha llegado el tiempo de las primeras "grandes recolecciones" de la temporada.
Los ajos ya llevan unos días fuera del huerto, ya que han tenido que estar más de una semana secándose fuera de la tierra antes de poder hacer los horcos. Les costó nacer, y cuando lo hicieron, lo hicieron de manera desigual. Y después a muchos les afectó la "enfermedad ajera" con lo que les costó aún más prosperar. Pero al final la cosecha ha sido mejor de lo que esperaba, aunque peor que la del año pasado. Los "ataos" pequeños son de las mejores cabezas, que serán la simiente para la próxima campaña. Si el tiempo deja, los sembraré en noviembre.
Y las cebollas tempranas (aquí las llamamos cebollas de verano). Los últimos años había sembrado una variedad que fue un fiasco. Se secaban demasiado pronto, por lo que no les daba tiempo a hacerse y se quedaban muy pequeñas. Este año he cambiado y la cosecha ha sido mucho mejor. Como se ve en la foto, la mayoría son muy buenas. Estas cebollas se hacen muy pronto y están muricas, pero tienen la pega de que se conservan poco tiempo. En octubre ya estarían la mayoría echadas y estropeadas... digo estarían porque creo que para octubre no quede ya ninguna; será el tiempo entonces de las horcales, que ahora siguen haciéndose en el huerto.
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