Estos son los últimos puerros de la temporada. Este año han sido muy buenos y de gran tamaño... a pesar de la sequía. Y estos últimos que llevan prácticamente un año en el huerto (los puse la primera semana de junio), se han hecho enormes. Da gusto verlos.
Quizás este invierno tan seco haya propiciado que aguanten tanto tiempo. Lo normal es que, a estas alturas, unos puerros puestos en junio ya se hubieran estropeado o que hubieran comenzado a espigarse. Pero este año no, están perfectos, incluso mejor que en pleno invierno.
Y aquí están ya limpios y preparados para ser cocinados. Como se ve, son unos puerros tremendos. En breve habrá que sembrarlos de nuevo. Esperemos que se parezcan a los de este año.