Pues sí, un año más, los ajos volvieron a aparecer en febrero. Los planté en noviembre y se han pasado desde entonces bajo tierra esperando que llegaran "mejores tiempos". Y esos días ya han llegado. Algunos comenzaron a puntear ya a primeros de mes, pero la hola de frío siberiano que llegó esos días, los mantuvo hibernando un par de semana más. Con la vuelta a las temperaturas habituales para estas fechas, los ajos recuperaron el tiempo perdido y en los últimos días se ha notado mucho como han crecido. En la foto se ve que ya surquean.
Y está pasando algo curioso. Los dos surcos de ajos están separados poco más de 30 centímetros, están sembrados el mismo día, tanto los de un surco como los del otro vienen de las mismas cabezas de ajos, los dos han recibido los mismos cuidados (desde la siembra ninguno) ... pero los ajos de un surco están mucho más crecidos que los del otro. Sólo encuentro una explicación: la tierra a ambos lados de los surcos está más elevada (por estar arada) que el terreno en el se encuentran los ajos, lo que puede que provoque que un surco esté más remansado y soleado que el otro, lo que favorecería su desarrollo.
Aunque no es tan exagerado como parece en la siguiente foto, la diferencia entre el surco de la derecha y el de la izquierda es notable.
Esta foto es desde el lado contrario, por lo que es el de la izquierda el surco más crecido.
Los ajos pocos cuidados necesitan. Incluso en las fotos puede parecer que están un poco "abandonados" y "descuidados". Pero, como he dicho, desde que los sembré hace más de 3 meses no han necesitando ningún cuidado, y el terreno a quedado así tras muchos días de heladas, agua (muy poca) y un poco de nieve. El resto del huerto está simplemente arado esperando el primer pase de motocultor. Un poco más adelante, cuando comiencen a aparecer las primeras malas hierbas, los excavaré y los añadiré un poco de cernada a modo de abono. También lo haré para seguir la tradición, ya que, en esta zona, desde siempre se ha guardado la cernada en las casas para echárselas a los ajos. La ceniza, al contener mucho potasio, es un buen abono sobre todo para bulbos y tubérculos, aunque aquí también se cree que protege a los ajos de plagas y enfermedades. No sé esto último cuanto tendrá de cierto...
Y hasta que, a finales de junio, llegue el momento de sacarlos, poco más habrá que hacer. Eso sí, tras este invierno extremadamente seco, esperemos que en breve lleguen ya las lluvias, porque, hasta los ajos, que jamás se riegan, comienzan a necesitar un poco de agua... y es que no ha llovido prácticamente nada desde noviembre. Lo normal es que el huerto no se pudiera ni siquiera pisar por la humedad, incluso algunos años, en estás fechas, ha estado en parte encharcado. Pero, como se ve en las fotos, este año está extremadamente seco.
Pues lo dicho, esperemos que comience a llover porque todo el campo lo necesita con urgencia y porque, como no lo haga en abundancia, va a ser complicado que en verano el río traiga suficiente agua para poder regar los huertos.