Aprovechando que nos encontramos en la época del año en la que el campo está más verde, "frondoso" y quizás más bonito (aunque eso ya va según gustos), cuelgo unas fotos en las que, a parte de ver el estado actual del huerto, se ve donde está situado y el paisaje que hay alrededor. Esta primavera tan lluviosa (entre abril y mayo han caído unos 170 litros), ha propiciado que el campo esté "florido y hermoso" como en pocas ocasiones. En pocas semanas, la mayoría de estos verdes se convertirán en amarillos, sobre todo los campos de cereal y las eras.
El sendero al lado del arroyo que se ve en la foto, es el camino de acceso al huerto. A la izquierda está el trigo de Doro y hasta que no se coseche, no queda otra que ir por el sendero. Al fondo se ve, a parte del propio huerto, los huertos vecinos y las primeras casas del pueblo. También se ve el nido de la cigüeña que, en ocasiones, sobre todo después de mover la tierra, visita el huerto en busca de lombrices e insectos.
Desde el otro lado, se ve mejor la cebada que rodea el huerto y, al fondo, más tierras de cereal, principalmente de trigo, que continúan hasta llegar al río, el río Valdavia. Los chopos que se ven, se encuentran en sus margenes. De él viene el agua con el que se riega el huerto, gracias a una presa situada bastante más arriba. Con la sequía del invierno, había dudas sobre si iba a traer agua suficiente para poder regar este verano, pero con las abundante lluvias de esta primavera, parece que no va a faltar.
Desde la parte de atrás se ven mejor las tierras de cereal, parte de las eras y "el Rebollón" que es como se llama en el pueblo al monte de roble que se ve al fondo. En la foto se ven también las alcachofas que gracias a las lluvias, han crecido más que ningún año. Ya he cogido dos cosechas. Y al lado de las alcachofas el silo, que ya comienza a aumentar de tamaño. Aún queda todo el verano para seguir acumulando restos vegetales de casa, del jardín y del propio huerto, y luego en octubre lo esparciré por él.
Mirando hacia arriba, se encuentran las eras y más tierras de cereal, a las que, como digo, les quedan pocas semanas de verde... al igual que a los ajos, que en menos de un mes ya estarán en casa. Están bastante guapos y han crecido mucho desde la última entrada. Al lado las patatas tempranas. Son jaerla y están un poco retrasadas porque, debido a las lluvias, no pude ponerlas hasta mediados de mayo. Ahora ya están creciendo a buen ritmo.
En la parte de abajo, además de una de las casas del pueblo, se puede ver un antiguo molino de agua que aún sigue en funcionamiento. Al fondo "la Rozada" otro gran monte de roble que tenemos en le pueblo. Y en el huerto, recién plantados los cuatro surcos de cebollas horcales. Son de Palenzuela, un pueblo cercano a Palencia, donde se cultivan gran cantidad de estás cebollas e incluso tiene una feria dedicada a ella. Yo llevo sembrando esta variedad varios años y me han dado buenos resultados, por lo que este año repito. Al lado, otra variedad de cebollas semitempranas que son muy buenas, pero que aguantan menos tiempo sin estropearse. Este año se han conservado en casa las horcales hasta mayo.
Siguiendo con el repaso al huerto, al lado de los ajos están los surcos con las diferentes variedades de pimientos y tomates. También están un poco retrasados por no haberme dejado el agua ponerlos antes. A parte, tuve que replantar la mayoría de los tomates porque los escarabajos de la patata les comieron todas las hojas y algunos no se recuperaron. Más a la derecha arriba están las zanahorias y abajo los cornitos (fréjoles verdes tempranos).
Estos son los surcos de alubias (los dos de la izquierda) y el de fréjoles verdes (el de la derecha). Las dos variedades son trepadoras, por lo que en breve les pondré tutores para que se enreden en ellos y puedan crecer hacia arriba sin problemas. Más a la izquierda están sembradas las patatas tardías, de la variedad baraca, pero aún no han salido: este año las intensas lluvias han retrasado todas las labores un par de semanas.
Al otro lado del huerto están las lechugas romanas que en la anterior entrada eran solamente un semillero. Están muy guapas y comienzan ya a repollar.
Y más abajo más lechugas romanas. Éstas ya las llevamos comiendo desde hace unas semanas. Son unas lechugas muy buenas y tienen unos cogollos tremendos. En esta zona, las lechugas romanas sólo se pueden cultivar en primavera, porque en verano no llegan nunca a formar cogollos, se espigan por el calor antes de tiempo. En verano siembro lechugas rizadas que aguantan mejor el calor y no se espigan.
A las cebollas de verano (en otros lugares se llaman cebolletas), que en la anterior entrada estaban cubiertas por la nieve, ya les queda poco para coger las primeras. Tienen buena porreta, y en una o dos semanas podremos comer alguna. Para mi gusto, estas cebollas de verano son de las mejores cosas que produce el huerto.
Como digo en el titulo de la entrada, el huerto vuelve a estar lleno. Sólo falta por poner unas coliflores y unas berzas más adelante y ya no habrá sitio para más. Así que sólo queda esperar que el tiempo sea propicio y que, haciendo las cosas bien, lo sembrado prospere. A ver si es verdad.